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Cierra los ojos.
Eleva tus manos.
Extiéndelas y pide un deseo.
O pide dos, tres, quince,
cuarenta y cinco.
Pide los que quieras.
Pídelos todos.
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Luego, coge aire y expúlsalo.
Sopla fuerte.
Sopla con la ilusión de un niño.
Sopla sabiendo que
si deseas algo con fuerza,
Sucederá.
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Porque así es como empiezan
los grandes sueños.
Tú solo tienes que imaginarlos
y nosotras iremos dándole forma
cuidando cada uno de los detalles
con mimo.